Si tu empresa no aparece en Internet, no existe. Puede parecer una máxima muy exagerada y no aplicable a todos los casos, pero lo cierto es que este fenómeno es incluso más acentuado en la actualidad. Ya no basta con tener una página web accesible, útil y clara; ni siquiera con tener un perfil actualizado en cada una de las redes sociales. Ahora hay que competir con los competidores con las adecuadas estrategias de marketing digital para una pyme.
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SEO y SEM
Si pensamos en cómo darle un valor a nuestra empresa en Internet, debemos centrarnos básicamente en acciones de SEO y de SEM. Pero, ¿en qué consisten? El SEM o Search Engine Marketing se centra sobre todo en la publicidad en buscadores como Google y consiste en intentar aparecer en las consultas de los usuarios a partir de determinadas palabras clave. Para ello, se puja por estos términos (keywords) mediante un sistema de subasta y se suele pagar un coste por clic (CPC).
El SEO o Search Engine Optimization, por su parte, trata de posicionar una página web entre los primeros resultados de los motores de búsqueda con lo que se denomina posicionamiento natural. Mediante acciones profesionales y continuadas en el timpo en el sitio web, se consigue que el buscador lo considere más valioso para el usuario y, por lo tanto, lo sitúa más arriba en los resultados.
Algunos pequeños y medianos empresarios consideran que pueden elaborar un plan de marketing digital y poner en marcha ellos mismos las estrategias de SEO y SEM sin ayuda, lo que constituye un verdadero error. Contar con una agencia de confianza les permitirá externalizar ese servicio y alcanzar sus objetivos sin perder tiempo ni dinero.
El marketing en redes sociales
Un fenómeno similar ocurre con los perfiles de los negocios locales en Facebook, Instagram, Twitter o Linkedin. Se detecta claramente cuándo son los propietarios de los negocios o alguien cercano (un empleado, un familiar, etc.) los que gestionan las redes sociales y, aunque a veces se obtienen resultados positivos por un tiempo, la falta de monitorización y de herramientas profesionales termina por obstaculizar los resultados.
No se tienen además en cuenta los cambios de tendencia de los usuarios, la aparición de nuevas redes sociales o la modificación de algoritmos. Tampoco en muchos casos la política de publicación de estas herramientas, lo que hace que se pierda alcance e incluso que desaparezcan algunas publicaciones. En casos extremos, es posible padecer alguna de las ‘limpiezas’ de usuarios que hace regularmente Twitter. La última, para borrar cuentas con escasa actividad.
En este caso también es preferible consultar con un community manager para crear un canal de comunicación funcional con los clientes o los clientes potenciales.
En conclusión, contratar a un equipo de profesionales que gestione la implementación de la estrategia digital en una pequeña y mediana empresa y establecerse en un centro de negocios como Versari evita preocupaciones innecesarias y permite al emprendedor centrarse en su trabajo.